Faltan apenas cuatro domingos para la Navidad. Las calles del centro ya comenzaron a vestirse de fiesta y en las vidrieras los arbolitos encienden y apagan sus luces. ¡Pero también es necesario preparar el corazón! Por eso desde la Iglesia Católica se ha comenzado a propiciar la vuelta a una antigua tradición de origen europeo, el armado de la Corona de Adviento. Sí, se trata de las mismas que se compran en las casas de decoración, con la diferencia que ahora te proponemos hacerla vos mismo, en tu casa, con los chicos. El padre Carlos Sánchez, párroco de La Merced, te enseña a rezar en familia y a bendecir la corona que quedará en el pesebre hasta la Nochebuena.
La tradicional Corona de Adviento está llena de simbolismos:
- El círculo: representa la infinitud de Dios, que no tiene principio ni fin.
- El color verde: es el color de la esperanza, ya que el Adviento es el tiempo de espera de la llegada del Salvador.
- Las cintas rojas: representan el amor y la misericordia de Dios que van envolviendo todas las realidades.
- Las cuatro velas: significan los cuatro domingos de Adviento (1, 8, 15 y 22 de diciembre). La luz representa a Cristo que ilumina al mundo.
- Velas moradas: se utilizan tres velas moradas, que es el color de los ornamentos sacerdotales.
- Vela rosada: se usa una vela rosa que se enciende en el tercer domingo de Adviento, que es el Domingo de la Alegría. La liturgia del día habla de la alegría del pueblo ante la proximidad del nacimiento de Jesús (Mateo 11, 2-11).
- Velón blanco: significa Cristo, Luz del Mundo.
El rito familiar
Una vez armada la corona se la hace bendecir. Se la puede llevar a la parroquia o la puede bendecir un adulto de la familia con la siguiente oración: "Esta familia tuya, llena de esperanza en la venida de Jesús, ha preparado esta corona con ramos verdes y la ha adornado con luces. Ahora que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de Jesús, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona con nuevas luces, nos ilumines a nosotros con el esplendor de Aquel que, por ser luz del mundo iluminará todas las oscuridades. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
El orden
En cada domingo de Adviento se prende una vela. El primero, una sola; el segundo, dos; el tercero, tres, y el cuarto, todas. La rosada se prenderá el tercer domingo. La familia se reúne en torno a la corona y realiza un canto o una oración inicial espontánea pidiendo al Señor que se haga presente entre ellos. Luego se lee un pasaje de la Biblia y se enciende una vela. Se comenta lo escuchado, se hace la oración y se concluye con el Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria, explica el padre Sánchez.
Si se quiere ser más preciso, el padre Carlos propone leer el primer domingo Isaías 9, 1-9; el segundo día, 1 Tesalonisenses 5,23-24; el tercero, 1 Tesalonicenses 3, 12-13, y el cuarto, 2 Tesalonicenses 1,7-10. El domingo 22 ya estarás preparado para vivir una feliz Nochebuena.